El Liverpool ha empatado en la noche de ayer con en el Chelsea en Anfield. En este duelo de la Capital One Cup, antigua Carling Cup, correspondiente a la ida de las semifinales por un puesto en la final que se disputará el 1 de marzo y que otorgará al campeón, además del título, un billete a la Europa League.
La creciente rivalidad entre ambos equipos, acelerada por los desencuentros en Champions y las declaraciones a lo largo de estos años de José Mourinho, parece haberse relajado desde la presencia de Brendan Rodgers en el banquillo 'red'. Una relajación que desapareció con la lucha que ofrecieron sendos equipos en el césped. En especial, Diego Costa con el eslovaco Martin Skrtel, una pareja de baile que ha hecho saltar las chispas.
Pronto se adelantaron los 'blues', mediante un penalti forzado por Hazard, a los 18 minutos ante Emre Can, y ejecutado por el propio futbolista belga, engañando a su compatriota Mignolet. El tanto no varió un ápice el escenario, con un partido intenso y vivo que contaba con el control del Liverpool y la velocidad en el despliegue ofensivo del Chelsea. El empuje fue la medicina con la que los locales pretendían reducir la brecha en el electrónico en el segundo acto.
Hasta que la velocidad de Sterling sobrepasó la hasta entonces solvente zaga londinense para batir a Cuortois, en su regreso a la portería. Con media hora en el marcador, el talento y descaro de Raheem Sterling entró en acción, buscó el hueco entre lineas y arrancó con el balón pegado a las botas trazando una conducción imparable, dejando en jaque a la defensa Blue y cruzando el balón al palo largo con su pierna mala.
Esta disputada y bonita eliminatoria se decicirá en el partido de vuelta en Stamford Bridge.
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