Por Senent
Inauguramos una nueva sección donde trataremos las leyendas del fútbol. En este primer capítulo nos referiremos a Matt Le Tissier.
Matt, un tipo entrañable
Southampton
es una ciudad de poco más de 200.000 habitantes situada en el sur de
Inglaterra. Su equipo de fútbol pasa actualmente por un gran momento
de la mano de Ronald Koeman, sitúandose en posiciones
que dan acceso a jugar la Champions League el próximo año.
Pero
la afición del Southampton no está acostumbrado a estos
éxitos, mas bien al contrario, en las últimas décadas los Saints
han alternado sus participaciones entre la Premier y la Championship
(la segunda división inglesa) peleando cada año por no descender, así como por ascender.
Cuando
en el St. Mary's Stadium ven a Shane Long con el número
7 en la espalda, todos se acuerdan de aquel jugador desgarbado y algo
pasado de peso que vistió la casaca rojiblanca durante 16 años en los que jugó mas de 500 partidos y marcó 200 goles. Su
nombré era Matthew Le Tissier, apodado Le God (el dios),
aunque como él mismo decía: “Me llamaban Le God, pero podría haber
sido Matt the Fat (el gordo), bebía tanta cerveza antes de los
partidos que a veces me pesaba el culo. Cuando me llamaban Dios, no
sabia qué decir, sobre todo si me cruzaba con un cura, yo no era
Dios, claro” Con estas frases nos damos cuenta que Matt era
algo peculiar.
Nacido
en 1968 en Guernsey, una isla situada en el Canal de la
Mancha entre Inglaterra y Francia. En 1985, fichó
por el Southampton en el que se convertiría en su único
club en toda su carrera. Al salir de su pueblo Matt afirmó:
“Para mí, salir de mi pueblo fue como pisar la luna, así que
disfruté de lo único que se me daba bien, jugar al fútbol y beber
cerveza”. Matt destacaba por tener un guante en la pierna
derecha, con una gran calidad técnica y una gran visión de juego.
Me quedo con una definición de Ruben Uria: “No
tenía demasiada velocidad, no tenía demasiado ritmo, no luchaba
cada balón dividido y tenía serios problemas para marcharse de su
marcador en velocidad. Pero cuando aquel falso lento encaraba la
portería rival, de sus botas salían relámpagos teledirigidos".
Matt
se pasó durante 16 años marcando golazos de todos los colores en el
Southampton, vaselinas, faltas, tiros lejanos, goles desde el medio
campo y penaltis. Tiró mas de 50 en su carrera, fallando solo uno.
Otros podrían cabrearse por romper esa gran racha, pero Matt
era
diferente. Mark
Crosley
tiene el honor de ser el único portero capaz de pararle un penalti. Al acabar el partido, afirmó: “Él era un seguro de vida, pero le
pegó mal y lo paré. Ganamos 1-2, y después del partido, Matt
se
me acercó y me dijo que algún día tenia que fallar, y que esperaba
que mi parada me diera buena suerte para jugar algún día con mi
selección”
Supongo
que os preguntaréis, ¿cómo un jugador con su calidad no jugó en un
grande? Para Le
Tissier era
fácil, él prefería disfrutar en su equipo cada domingo a ganar
millones. "Es fácil jugar en el Manchester
United
o en el Liverpool.
Yo prefiero jugar al borde del abismo, con presión, sacando a un
equipo de bajar a segunda. Jugar en los mejores clubes es un reto
bonito, pero hay un reto mucho más difícil: Jugar contra los
grandes y ganarles. Yo me dedico a eso" afirmaba Matt.
Según cuenta su compañero Ronnie
Ekelund
“Antes de un partido en casa, Matt
me comentó que el Chelsea
le había hecho una oferta de tanto, tanto dinero, que la vida de los
hijos de sus hijos estaría resuelta. Luego se calzó las botas, se
puso la camiseta con el siete a la espalda y me dijo que él no valía
todo ese dinero. Aquel día ganamos, Matt
marcó un golazo, se duchó y se fue a casa. Nunca devolvió la
llamada al Chelsea"
Matthew
nunca se movió del Southampton,
allí era adorado, cada falta, cada jugada a balón parado, cada
córner, era celebrado por los aficionados de St. Mary's como un gol.
Era un mito, era le God.
Xavi
Hernández,
uno de los mejores jugadores de la historia de España, afirmó que
Le
Tissier
era uno de sus ídolos de su niñez. Esta fue la reacción de Matt:
“Una
tarde, en el teatro de Southampton,
un chico me enseñó lo que Xavi
dijo sobre mí. Desde entonces, tengo el recorte y su firma para mí
enmarcada en la cocina»
No
tuvo tanta suerte con la selección inglesa, los técnicos no le
dieron la confianza que si tenia en Southampton,
y solo llegó a jugar 8 partidos. Estuvo a punto de ir al mundial de
Francia
pero finalmente se quedo fuera de la lista definitiva.
En
2002 y después de toda una carrera en el Southampton,
Matt
decidió colgar las botas, hubiera sido bonito verlo ahora en este
Southampton,
peleando por entrar en Champions, aunque igual no hubiésemos visto
al auténtico Le
Tissier,
a él le gustaba jugar mas con la presión de no bajar. Un tipo
entrañable.
“No
estamos aquí por mucho tiempo, sino que estamos sólo para pasar un
buen rato”

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